Su construcción fue autorizada por Decreto Supremo de 30 de junio de 1852, firmado por el Presidente de la República Manuel Montt y el Ministro de Marina José Francisco Gana y en el que se autorizaba " invertir hasta la suma de doscientos mil pesos para llenar el vacío que deja en la Marina Militar de la República, la falta de un buque a vapor, perfectamente guerrero en su construcción y armamento".